Seguro que alguna vez lo has notado: pruebas el agua de un grifo, luego bebes de una botella o de un vaso con agua filtrada y… sí, hay diferencia. Pero, ¿por qué el agua filtrada sabe mejor? ¿Qué cambia realmente? En este post vamos a explicarlo de forma sencilla y sin complicaciones técnicas.
El sabor del agua no es solo agua
Cuando hablamos del “sabor” del agua, no estamos hablando solo del H₂O puro. De hecho, el agua que bebemos en casa (ya sea del grifo o embotellada) lleva una mezcla de minerales, cloro, posibles sedimentos, metales disueltos e incluso restos de tratamientos químicos utilizados para hacerla potable.
El agua filtrada sabe mejor porque elimina o reduce muchas de esas sustancias que, aunque no siempre son perjudiciales, sí alteran el sabor, el olor y la textura.
Principales elementos que cambian el sabor del agua
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Cloro
El cloro se utiliza para desinfectar el agua y eliminar bacterias, algo totalmente necesario. Pero el problema es que deja un sabor muy reconocible, a veces similar al de una piscina. Los sistemas de filtrado de calidad reducen significativamente ese sabor y olor. -
Metales como el hierro o el cobre
Algunas cañerías antiguas pueden soltar partículas de metales, lo que añade un regusto metálico o incluso amargo al agua. Un buen filtro retiene estos elementos, dejando un sabor más limpio. -
Sales y cal
En zonas con agua “dura” (como muchas áreas de Andalucía), la concentración de sales minerales como calcio y magnesio puede hacer que el agua sepa “seca” o tenga cierto sabor a piedra. El filtrado suaviza ese sabor. -
Impurezas y sedimentos
Aunque el agua del grifo esté tratada, en su recorrido puede arrastrar pequeñas partículas o impurezas. Aunque sean invisibles, alteran su sabor y textura. Un buen sistema de filtrado lo corrige.
¿Y qué se nota al beber agua filtrada?
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Un sabor más ligero y limpio
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La sensación de que el agua es más suave y fácil de tragar
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Mejor sabor al preparar café, infusiones o sopas
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Menos olor, sobre todo si antes olía a cloro
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Una mejora notable en el agua fría, donde más se aprecia
Muchos de nuestros clientes nos dicen que al principio no pensaban que habría tanta diferencia. Pero después de instalar el sistema, notan el cambio desde el primer día. Incluso empiezan a beber más agua, simplemente porque apetece más.
¿Es psicológico o real?
Buena pregunta. La respuesta es: ambas cosas. Por un lado, hay una mejora real en la composición del agua. Por otro, el cuerpo también agradece inconscientemente el agua más pura. Menos químicos, menos metales, menos sabor raro = más placer al beber.
Además, en una cata a ciegas, la mayoría de personas distingue fácilmente entre un vaso de agua filtrada y otro sin filtrar.
¿Es necesario filtrar el agua en todas las casas?
No siempre. En algunas zonas el agua es bastante buena de por sí. Pero en otras, como en muchas ciudades donde se nota la cal o el cloro al instante, sí marca la diferencia. Por eso en Depurlife hacemos un test gratuito del agua, para que cada hogar sepa exactamente cómo está y si le conviene mejorarla o no.
No se trata de asustar ni de vender a toda costa. Lo importante es tomar decisiones informadas. Si el agua está bien, lo diremos. Si se puede mejorar, te mostraremos cómo.
¿Qué gana tu familia con agua filtrada?
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Más salud: menos químicos, más tranquilidad
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Más sabor: tanto en bebidas como en la comida
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Más comodidad: olvídate de cargar botellas
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Más ahorro: en muchos casos, el filtro sale más barato que comprar agua embotellada cada mes
Para resumir… El agua filtrada no solo sabe mejor, también es más saludable
El agua filtrada sabe mejor porque es más pura y menos “manipulada”. Sin olores, sin sabores raros, y con una textura más suave. No hay magia, solo una mejora real que se nota y se agradece. Si alguna vez has notado que el agua del grifo sabe “raro”, probablemente no sea cosa tuya.
En Depurlife te ayudamos a descubrir cómo está el agua de tu casa y si merece la pena dar el paso. Sin compromiso, sin presión. Solo información útil para que tú decidas.